martes, 6 de diciembre de 2011

"¿Qué es normal? ¿Quién es normal?"

Lo normal, supongo que por cotidiano y repetitivo, nunca me ha llamado la atención. Siempre he terminado haciéndome amiga, compañera o pareja de seres peculiares, poco frecuentes, inusuales… Mi interés por ellos siempre ha sido directamente proporcional a lo insólito de sus caracteres, a sus rarezas. Las personas capaces de llamar mi atención nunca han llevado una vida de libro y para ellas dos más dos nunca han sido cuatro, sino en ocasiones tres y en otras cinco.

Conforme ha avanzado el tiempo lo inverosímil se ha convertido en una constante en mi vida. He aprendido a disfrutar de cosas verdaderamente extrañas, he conocido a personas cuya forma de dar es pedir, cuya forma de amar es odiar, he visto llorar de risa y a reír de auténtica tristeza, he conocido prepotentes con complejo de inferioridad, perfeccionistas que llegan a la autodestrucción, egoístas que en realidad nunca piensan en ellos mismos, buenos que eran malos y malos que en realidad eran buenos… 

Pero, tras mucho meditarlo, creo que todos ellos eran asombrosamente normales. Llegaban incluso al límite, si me lo permiten y con todos los respetos hacia sus personas, de ser corrientes, uniformes, simples estereotipos, casi convencionales,… Su supuesta rareza no era más que la respuesta a las circunstancias de la vida, respuesta casi de manual. Los prepotentes lo eran porque nunca habían destacado en nada y necesitaban saber cual era su talento, en qué eran buenos, los egoístas llevaban esa careta porque alguien se había aprovechado de ellos, los ariscos buscaban cariño y los perfeccionistas aceptación… Es curioso, todos ellos eran seres abrumadoramente normales organizando una fiesta de disfraces en la que nadie sabe quien es quien. Disfraces tejidos por su instinto de supervivencia, máscaras fabricadas por la necesidad de aceptarse a ellos mismos, maquillajes tras los que nos sentimos más cómodos, más fuertes, más otro y menos yo…

¿Qué ocurre entonces con aquellos que yo consideraba “normales”? Sí, sí, aquellos que me aburrían. ¿Son precisamente esos los extraordinarios y poco comunes? ¿Son seres extraños o simplemente las circunstancias de su vida han sido un camino de rosas? ¿No han necesitado desarrollar su instinto de supervivencia? ¿Tienen una inteligencia emocional extraordinaria, superior a las del resto, capaz de mantenerse fría ante las circunstancias o simplemente son tan tontos que ni se sienten amenazados, ni reaccionan? ¿Han perdido su parte animal? ¿Están tan asqueados que muestran indiferencia a la idea de desaparecer? ¿Son más felices?

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