No sé en que momento de mi vida me hice mayor. Ni siquiera supe explicarle porque ya soy mayor. Tampoco sé si lo normal es sentirse como ella o como yo. Al intentar darle algún motivo empecé a divagar, me fui por los cerros de Úbeda y terminé argumentando una serie de sandeces sobre las responsabilidades que he asumido en mi vida. Y al final, jugando con las palabras, conseguí hacer mutis por el foro...
No dejo de preguntarme qué hace que todo cambie. ¿Nos levantamos un día y de repente somos mayores? ¿Hay algún hito con el que se marque el comienzo de la edad adulta? ¿El independizarse? ¿El inicio de la vida laboral? ¿Tu boda? ¿Tener un hijo? ¿Qué es lo que marca la diferencia? ¿No hay ninguna pauta establecida? ¿Qué es lo que hace que unas personas sean mayores antes que otras?
Es difícilmente rebatible que la sociedad ha sufrido un gran cambio de unos años a esta parte. Nuestras madres a los 27 años ya tenían uno, dos o incluso tres hijos. Nosotras aun estamos en la eterna búsqueda del príncipe azul, que, por cierto, debe vivir en Kuala Lumpur, porque hay veces que sólo nos queda movilizar a los servicios de Guardia Civil para encontrarlo. Es indudable que a día de hoy hay muchas más mujeres formadas, que han ido a la Universidad, que tienen una trayectoria profesional por delante brillante y que no están dispuestas a renunciar a ella. También es patente que la independencia económica que esto conlleva, ha terminado con los matrimonios de conveniencia o al menos con aquellos basados en aguantar, aguantar y seguir aguantando. También es inapelable que la esperanza media de vida y el avance de los medios sanitarios ha jugado su papel; hoy por hoy hay madres primerizas a los 40 años y los niños nacen sin deformidades, ni problemas. Pero más allá de eso, de todos los argumentos a los que podríamos achacar este cambio, me pregunto si sufrimos el síndrome de Peter Pan.
En la sociedad actual, los valores tradicionales han sido sustituidos por dos valores en alza: la juventud y la belleza. La vejez, no está de moda, no sale en las novelas, en las películas, no está en los anuncios, ni revistas… Recibimos cada día, al menos, mil impactos recordándonos lo importante que es permanecer joven: gimnasios, cremas, liposucciones, intervenciones quirúrgicas, moda, maquillajes, tintes… Nadie le dice a su abuelo de 80 años que está en la flor de la vida... Como resultado, enfocamos nuestros esfuerzos en la búsqueda de la juventud permanente, en evitar lo inevitable y creo que, en la mayoría de los casos, de forma inconsciente. El curso de la vida no se detiene... Y la vejez y la muerte forman parte de la propia vida.
Sigo sin explicar porque soy mayor, pero lo soy. Socorro, me estoy haciendo mayor...
Socorro (NO) me estoy haciendo mayor.
ResponderEliminarLa gente, en general, tiene pánico a hacerse mayor...y siempre me pregunto...¿¿¿por??? Cuál es el problema de que nos hagamos mayores? ¿Asumir más responsabilidades? ¿Entender q somos responsables de lo que (no) hacemos y que ya no depende de si "papá" o "mamá" nos permiten o no hacer las cosas? ¿Miedo a lo "desconocido"? Vaya usted a saber¡ Cada uno tendrá su motivo (y, sin duda, estará plenamente soportado, meditado y razonado de forma que no admite prueba alguna en contrario).
Gracias a dios nos hacemos mayores, y tomamos nuestras decisiones (acertadas en mayor o menor medida pero, sin duda, siempre acertadas). Al hacernos mayores tomamos las riendas de nuestra vida y somos conscientes de ello en el momento en que las has tomado, y eso es, sencillamente, grandioso...
Por todo ello, lo extraño es que la gente no se plantee "Socorro...NO me estoy haciendo mayor".
Desde que nacemos realizamos una viaje sin retorno a la muerte. En los primeros estadios dependemos de nuestro padres para todo y confiamos en su experiencia y sus enseñanzas. Poco a poco, empezamos a despegarnos y pasamos a depender de lo que nos dicen los profesores y amigos y desconfiamos de lo que dicen nuestros padres y finalmente, nos despegamos de todos y empezamos a vivir empíricamente y sólo aprendemos de nuestros errores, aunque a veces tropecemos en la misma piedra una y mil veces.
ResponderEliminarCuando tomamos nuestras propias decisiones, se dice que hemos madurado y cuando maduramos escogemos nuestro propio camino. Nos hacemos adultos, pero no mayores, no viejos.
Es verdad que se rinde culto a la belleza y a la juventud, pero estos no son valores. Se han perdido todos los valores morales y hemos perdido el sentido de la vida. Nacemos para morir, aunque algunos creemos en Dios y en el mas allá.
Al perderse los valores, nos creemos eternos, incombustibles y no deseamos morirnos nunca ¿para qué?.
El crecer, el madurar, el hacerse adultos, el envejecer y el morir son actos inherentes al cualquier ser vivo. Los Animales y las plantas lo asumen, así, sin más. Pero el ser humano tiene la razón y tiene alma y aunque algunos lo nieguen cree en lo transcendental, en el mas allá y se pregunta que hay después de la muerte y esto es lo que temen.
Hay que saber crecer y envejecer con dignidad. Si hay que hacer gimnasia física y mental, para estar en las mejores condiciones. Si hay que tener ilusiones y motivaciones para seguir luchando y viviendo, pero cuando salen las canas o cae el pelo, cuando las arrugas empiezan a dibujar mapas en nuestra cara, cuando nos fallan las piernas y necesitamos bastón, cuando vemos asomar la guadaña de la parca, no hay que tener miedo. Sabemos que la la vejez y la muerte son inevitables y la materia y el espíritu no se crea ni se destruye, se transforma.
Macarena dijo. No lo dijo Macarena, lo dijo Julio Castro Quinteiro, pero escribimos desde el mismo ordenador y el cacharro se lo atribuyó a Macarena. Perdón a Macarena y a los que se c reyeron que lo había escrito ella.
ResponderEliminarDesde que nacemos realizamos una viaje sin retorno a la muerte. En los primeros estadios dependemos de nuestro padres para todo y confiamos en su experiencia y sus enseñanzas. Poco a poco, empezamos a despegarnos y pasamos a depender de lo que nos dicen los profesores y amigos y desconfiamos de lo que dicen nuestros padres y finalmente, nos despegamos de todos y empezamos a vivir empíricamente y sólo aprendemos de nuestros errores, aunque a veces tropecemos en la misma piedra una y mil veces.
ResponderEliminarCuando tomamos nuestras propias decisiones, se dice que hemos madurado y cuando maduramos escogemos nuestro propio camino. Nos hacemos adultos, pero no mayores, no viejos.
Es verdad que se rinde culto a la belleza y a la juventud, pero estos no son valores. Se han perdido todos los valores morales y hemos perdido el sentido de la vida. Nacemos para morir, aunque algunos creemos en Dios y en el mas allá.
Al perderse los valores, nos creemos eternos, incombustibles y no deseamos morirnos nunca ¿para qué?.
El crecer, el madurar, el hacerse adultos, el envejecer y el morir son actos inherentes al cualquier ser vivo. Los Animales y las plantas lo asumen, así, sin más. Pero el ser humano tiene la razón y tiene alma y aunque algunos lo nieguen cree en lo transcendental, en el mas allá y se pregunta que hay después de la muerte y esto es lo que temen.
Hay que saber crecer y envejecer con dignidad. Si hay que hacer gimnasia física y mental, para estar en las mejores condiciones. Si hay que tener ilusiones y motivaciones para seguir luchando y viviendo, pero cuando salen las canas o cae el pelo, cuando las arrugas empiezan a dibujar mapas en nuestra cara, cuando nos fallan las piernas y necesitamos bastón, cuando vemos asomar la guadaña de la parca, no hay que tener miedo. Sabemos que la la vejez y la muerte son inevitables y la materia y el espíritu no se crea ni se destruye, se transforma.
Hay gente que se hace mayor, y hay gente que se cree mayor. Hay gente que crece y gente que se queda en la eterna juventud (mental), obviamente hablábamos de madurez (?). Conozco gente de 24 y de 31 que son con diferencia inmaduros con el resto de su edad. Pero también los hay en torno a la media. Lo que me asombra (gratamente) es encontrarme con gente que esperas que por su edad tengan una cabeza y, con diferencia, tienen unos cuantos años mentales más.
ResponderEliminarAquí te doy una pista del problema del que hablas a cerca del príncipe azul. Por supuesto todos buscamos algo así, pero el problema es que a veces los encontramos incómodamente más maduros que nosotros y otras veces desagradablemente más inmaduros...la cuestión es encontrar no solo a una persona que te entienda, y le entiendas, que tengáis cosas en común y sepáis respetaros las que no tenéis en común, y muchas cosas mas, la cuestión es encontrar una persona que se adecue a tu nivel de madurez UNICO.